Yo no quiero más luz que tu cuerpo ante el mío:
claridad absoluta, transparencia redonda.
Limpidez cuya extraña, como el fondo del río,
con el tiempo se afirma, con la sangre se ahonda..
¿Qué lucientes materias duraderas te han hecho,
corazón de alborada, carnación matutina?
Yo no quiero más día que el que exhala tu pecho.
Tu sangre es la mañana que jamás se termina.
No hay más luz que tu cuerpo, no hay más sol: todo ocaso.
Yo no veo las cosas a otra luz que tu frente.
La otra luz es fantasma, nada más, de tu paso.
Tu insondable mirada nunca gira al poniente.
Claridad sin posible declinar. Suma esencia
del fulgor que ni cede ni abandona la cumbre.
Juventud. Limpidez. Claridad. Transparencia
acercando los astros más lejanos de lumbre.
Claro cuerpo moreno de calor fecundante.
Hierba negra el origen; hierba negra las sienes.
Trago negro los ojos, la mirada distante.
Día azul. Noche clara. Sombra clara que vienes.
Yo no quiero más luz que tu sombra dorada
donde brotan anillos de una hierba sombría.
En mi sangre, fielmente por tu cuerpo abrasada,
para siempre es de noche: para siempre es de día.
Miguel Hernández
Silvana: Profesora compinche, gracias por todo lo que me enseñaste, por hacerme adorar tanto a algunos escritores, por inculcarme el gusto de leer y por todo lo que me enseñaste y me seguís enseñando.Estoy en una etapa en la que todo me da nostalgia, en la que tengo que pensar en el futuro y en la que pongo en la balanza muchas cosas buenas que me fueron pasando, una de ellas fue haberte conocido y haber aprendido tanto de vos. Gracias por hacerme saber que te tengo siempre, sos una excelente persona y te adoro muchisimo. #SiempreJuntas
Maru: gracias por tus palabras. Me emocionan y me llegan al corazón. Si logré todo lo que decís, entonces mi trabajo no es en vano como muchas veces creo.
ResponderEliminarEs increíble todo lo que se logra con las palabras. Gracias por tu cariño, por ser una persona tan bella. Te quiero mucho, mucho. #SiempreCerca